El origen de Burgos es consecuencia, en parte, de la invasión musulmana propia de la época: en 884, Alfonso III levantó una fortificación en un cerro al margen derecho del río Arlanzón para detener el avance de los ejercitos moros. Respondiendo a este objetivo, las primeras construcciones fueron torres de vigilancia a las que, en los años posteriores, se agregaria un castillo y una muralla defensiva.
En el año 1038, Fernando I es coronado rey de León y forma el reino de Castilla, Burgos es escogida como su capital pero pierde esta posición en 1085, cuando Alfonso VI conquista Toledo y vuelve a esta ciudad nuevo centro capital.
Esta decisión, sin embargo, no impidio que Burgos se convirtiera en un gran centro comercial, y durante los siglos XV, XV y XVI se dedica a explotar su potencial comercial, aprovechando su posición geografica y la existencia de una muy transitada ruta de viajeros que, ademas de noticias y novedades, traen mercancias.
Burgos, además, se ve beneficiada con la decisión, en 1494, por parte de Los Reyes Católicos de establecer un Consulado en Burgos, dándole el muy importante monopolio para todo el comercio de lanas castellanas.
La población aproximada a comienzos del siglo XVI es de veinte mil habitantes, un hecho que puede contemplarse en los grandes edificios construidos en esa epoca a los que debe agregarse los barrios para los sectores menos pudientes.
Sin embargo, a comienzos del siglo XVII comienza un periodo de estancamiento originado en diferentes causas, internas unas (pestes, conflictos entre comerciantes locales) y externas otras (nuevas rutas comerciales, privilegios otorgados por los reyes a otras ciudades que las colocan en una posición mas ventajosa a la hora de constituirse como centro comercial, expulsión de los judios, etc).
Como consecuencia de esta situación se produce un éxodo paulatino que golpea lo que, hasta pocos años antes, era una ciudad poblada de magnificos edificios: el viajero se encuentra con casas abandonadas, caminos en mal estado y una sensación de pesimismo general que conspira para atraer nuevos pobladores o estimulos comerciales.
La población, por esos años, disminuye hasta llegar a una quinta parte de lo que era en su periodo de gloria: de veinte mil habitantes a poco mas de cuatro mil.
Mediante diferentes estrategias comerciales tendientes a atraer inversores y nuevos emprendimientos, Burgos comienza a recuperarse, consiguiendo aumentar su población paulatinamente año tras año hasta alcanzar, en los años sesenta del siglo XX, la cifra de sesenta mil personas.
La creación de diferentes polos industriales desde los años sesenta permiten la recuperación economica de Burgos que se ve reflejada en los cambios de su arquitectura y la incorporación de nuevos servicios, indispensables a la hora de atender las necesidades de tantas personas.
En el siglo XXI, Burgos aposto a un Plan Estratégico (2001-2015) cuyo objetivo es actualizar la ciudad mediante una serie de proyectos vinculados al ámbito urbanístico, económico y cultural que beneficia tanto a los ciudadanos como a los visitantes.
El resultado de este emprendimiento puede comprobarse en el hecho de que Burgos es, según los registros oficiales, la única ciudad de Castilla y León cuyo censo de población mantiene una tendencia en alza.
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