Ayer no es igual a hoy de la misma manera que mañana no sera igual a lo que vivimos en el presente. Todo cambia. La vida, si nos ponemos a verla con ojo critico es cambio permanente, y un cambio con el cual debemos aprender a lidiar porque, lo querramos o no, seguira cambiando todo el tiempo, para nosotros y para nuestros hijos.
Y la realidad es que el cambio siempre a sucedido, basta, para entender esta afirmación, ver la diferencia fundamental que existe entre nosotros y nuestros amados pequeños hijos: antes, cuando nosotros eramos niños no nos divertiamos como se divierten ellos ahora, nos divertiamos de otra manera.
¿Como nos divertiamos? Sin computadora, sin ephones, sin instrumentos tecnologicos de ninguna clase, usando solo nuestro ingenio para que las calles de Burgos fuera realmente divertidas.
Corriamos, si, por las calles, todas las tardes, ya acabada la pesada tarea de la escuela para introducirnos en la vida real, en la vida que mereciamos, y como postre recibiamos de manos de nuestros padres y abuelos las mas ricas naranjas que podemos imaginar.
Nuestros niños, hoy, no conocen lo que es un el sabor de una verdadera naranja porque no las han probado. Por supuesto, existen mercados, mercados que tienen naranjas, naranjas que parecen brillantes y ricas pero, al probarlas, lo que descubre el consumidor es que saben... a nada.
La razon esta en la gran cantidad de productos quimicos que le ponen las empresas para hacerlas mas vistosas pero no mejores. Por esa razon, los jovenes agricultores de naranjas de Valencia decidieron comercializar sus propios productos naranjas tan grandes y dulces que son el sueño prohibido de todo niño; naranjas de Valencia similares a las narradas por Bradbury solo que aquellas existian en el papel y estas en la realidad, disfrutable y mordible realidad.
Si usted vive en Burgos y quiere comprar naranjas valencianas verdaderas, grandes y jugosas solo ingrese al sitio web de estos jovenes agricultores ya mismo: http://www.naranjasdelmijares.com
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